Jurando...



Pierdo la mirada entre la multitud, el corazón late con más fuerza, mientras mis labios tiemblan; enmudezco con mil palabras en mi mente, el mundo se me cae a lágrimas y no te encuentro, no logro distinguir tu rostro de entre cientos de ojos que me miran al pasar…

El día que mis manos encuentren tu piel de seda, juro que detendré el tiempo; mataré a la rosa que me ha estado espinando, que ha sangrado al corazón y daré vida entre mis manos al aroma placentero de este amor…

Juraré fidelidad y vestiré a tu cuerpo de besos, desnudaré los juicios que puedan matarnos y te prometeré las estrellas que quizá no pueda adornarte en sueños, pero déjame pintarme de eternidad para ser el suelo que acompañe tus pasos, para ser el cielo que cuide tu luz; permíteme escribir una historia con matices, donde tú y yo seamos los protagonistas y siempre queden en espera dos puntos suspensivos que nos permitan continuar siendo felices, donde las lágrimas van a ser el esclavo que abandone su cárcel húmeda para dar cabida al sentimiento que Romeo y Julieta solo pudieron rozar…

Quizá deje de cumplir juramentos que el corazón convirtió en poesía, que los latidos susurraron a tu oído, pero entonces, déjame hacerte mío en un suspiro y perdóname; porque puedo mentirte diciendo que moveré la montaña que ocupe tu camino y no hacer más que destruir el hormiguero que podría picotear tus ganas de seguir…

No te engañaré fingiendo que todo va a estar bien, porque tal vez, un día mi sonrisa apague mis ganas de vivir y el maquillaje inunde mi rostro de pesar; la máscara se haga añicos y puedas ver al corazón agonizando de tedio, muriendo de olvido; pero puedo cumplir la promesa de que seguiré luchando por no poner punto final a la melodía que me hace vibrar, al deseo que me hace bailar…

Juro, que el día que te conozca, mi piel olvidará el roce que algún día la hizo estremecer; juro que la conciencia será el látigo que haga olvidar a esta puta quimera de siquiera conocer lo que Adán y Eva perdieron en un engaño…

Juraré besarte mientras Morfeo te arrulle entre las nubes, juraré amarte mientras explicas a Dios por qué cada noche muero entre tus brazos; mentiré al cielo diciendo que tu no estás aquí, que no has venido y que el sollozo es de perder lo que no tuve, pero tu no abras esos labios que han de ser míos, no emitas sonido alguno para que no descubran que tu cuerpo ahora me pertenece…

Ven, sonríeme con un poco de picardía, mírame con coqueteo, que mis manos sabrán acariciarte y mi corazón te reconocerá; puedes presentarte como el hombre que he esperado, como el amor que no había conocido, o como el alma que hará a la mía soplar la neblina que no me dejaba ver, estrellar la noche oscura, sin latidos, sin sueños, sin sentimientos; déjame que mire la luna junto a ti, deja que mis brazos se conviertan en la cuna que duerma tus ganas de irte; déjame tan solo conocerte, que no creo que la vida esté tan enojada conmigo para esconderte de mi, de nuestra felicidad…

Juro que ansío el día en el que el corazón te declame la espera inagotable, los besos insaciables en busca de ti, las caricias que no me hacían estremecer, y así, jurando, déjame seguirte buscando, seguiré con la mirada perdida hasta que encuentre los ojos que quiero ver por toda la eternidad; jurando un amor que quizá no dure toda la vida, déjame regalártela para estar por siempre contigo; jurando tantas cosas, juraré que el día que te encuentre, no vas a recordar otros nombres, no vas a ansiar otros cuerpos, no vas a buscar otras caricias, porque mis dedos ruegan conocerte, mi cabello implora tus caricias y mis labios tus besos, este sendero me lleva a ti y tú no querrás irte de mi…

Chantal

miércoles, 14 de octubre de 2009

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